Lo vivido en la cumbre chileno argentina El Abrazo

El Abrazo prometía un hito histórico: reunir en un mismo evento a los artistas y bandas de Chile y Argentina más representativos de las últimas décadas. Hubo quienes defendieron que faltaba éste o el otro, o que aquel estaba de más en el cartel, pero lo cierto es que el sábado 11 de diciembre se cumplió con lo prometido. Lo vivido en la elipse del Parque O’Higgins fue, en efecto, histórico.

Representando a Chile estuvieron Los Bunkers, Lucybell, el combo femenino integrado por Denisse Malebrán, Nicole y Javiera Parra, Chancho en Piedra (que invitó también a Quilapayún), Joe Vasconcellos, Beto Cuevas, Los Tres, Jorge González y Los Jaivas.

Por parte de Argentina, los invitados fueron: Gustavo Cordera (ex Bersuit Vergarabat), Fabiana Cantilo, Babasónicos, León Gieco (junto a D-Mente y con Gustavo Santaolalla como invitado), Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Charly García, Calamaro y Vicentico.

El vamos lo dieron Los Bunkers a las 15:20 horas de la tarde y de allí en adelante la música no paró sino hasta las 2:30 de la mañana. La dinámica consistió en alternar los chilenos y los argentinos, los primeros en el escenario ubicado a la derecha del público, y los segundos en el de la izquierda.

La gran mayoría de los artistas optaron por repletar sus repertorios con sus temas más conocidos, mientras que Gustavo Cordera, Beto Cuevas, Luis Alberto Spinetta y Vicentico privilegiaron sus trabajos más recientes, eso sí, incluyendo también algunos de sus éxitos, que marcaron siempre el punto alto de cada presentación.

Más de 60 mil personas asistieron a El Abrazo y se dieron el lujo de cantar junto a sus autores canciones que son casi himnos, como «Llueve sobre la ciudad» (Los Bunkers), «Solo le pido a Dios» (León Gieco), «Seguir viviendo sin tu amor» (Spinetta), «El Duelo» (Beto Cuevas), «Mariposa Tecknicolor» (Fito Páez), «Déjate caer» (Los Tres), «Yo no quiero volverme tan loco» (Charly García), «Paramar» (Jorge González), «Flaca» (Calamaro), «Todos juntos» (Los Jaivas) y «Vasos vacíos» (Vicentico). Sin lugar a dudas una experiencia única.

El sábado hubo de todo: agradables sorpresas como la energía avasalladora y el show bien trabajado de los Chancho en Piedra, el buen humor de un rehabilitado Charly García, y la generosidad de Calamaro; momentos que no dejaron a nadie indiferente, como la postura crítica de Jorge González; y hubo también algunas cosas que lamentar, como el hecho de que Spinetta haya permanecido sentado y casi inmóvil a lo largo de sus 30 minutos en el escenario, o la poca pasión que transmitieron Los Tres.

Guiños a Gustavo Cerati, quien tenía bien ganado un espacio en este festival, hubo varios. El primero lo dieron los Chancho y el siguiente Luis Alberto Spinetta, quien interpretó «Té para tres». Pero el momento más emotivo fue cuando, tras finalizar el show de Fito Páez, mostraron en las pantallas gigantes el video que Cerati envió a Chile días después del trágico terremoto ocurrido el 27 de febrero, brindando palabras de apoyo y solidaridad, que ahora los chilenos le devolvían con otro video en el que decenas de fanáticos aparecían sosteniendo carteles en los que se leía «#FuerzaCerati». Después de eso, sonó «Zoom» y la gente la coreó como si se tratara de una presentación más, como si Cerati efectivamente estuviera allí cantando.

A favor de los organizadores hay que decir en líneas generales los tiempos se respetaron y la espera entre cada show fue muy corta o en algunos casos incluso inexistente. Sin embargo, es imposible pasar por alto otros detalles importantes, como los problemas de sonido -muy evidentes en las presentaciones de Charly García, Calamaro y Los Jaivas-, y la pésima separación hecha entre la cancha general y la VIP, que dejó muy atrás a la mayor parte del público.