Santiago estaba preparado para la sexta visita de Mike Patton. Aquellas largas jornadas de sudor, música de alto voltaje y saliva al escenario quedaban atrás para dar paso a los clásicos italianos de mitad del siglo pasado, todo en un impecable traje de etiqueta. Mondo Cane, el proyecto más romántico del californiano, fue el protagonista ayer por la noche en el Teatro Caupolicán y dejo a más de uno con gusto a poco.
El público comenzó a llegar desde temprano al recinto de San Diego, advirtiendo que aquella iba a ser una gran noche. Patton volvía al lugar en donde se transformó en leyenda para Chile, cuando el año ’95 -sin asco alguno- recibía de una manera muy particular el cariño del público. El reloj marcaba las 21 horas y los fanáticos ya se comenzaban a desesperar. Pero no fue hasta 20 minutos después que la banda hizo su entrada. El público aplaudía de pie y a Patton no le quedaba más que agradecer. En esta relación de años sigue habiendo química.
La noche comenzaba con “Il cielo in una stanza”, la cual sorprendentemente fue coreada por todos los presentes, quienes parecían haber tomado un curso express de italiano a través de MP3. Siguió “Che notte!”, que imprimía ritmo a la noche santiaguina, que de un momento a otro se sumergía en el ambiente siciliano. Patton no podía dejar de lado los gritos que tanto lo han caracterizado y le imprimía su propio sello a cada canción. “Santiago, ¿todo bien?”, preguntaba al público, que respondía de manera animosa a cada gesto del artista.
“Ore d’ amore” y “20 km al giorno” seguían en el setlist, todas pertenecientes a su disco homónimo. “Quello che conta” llegaba a poner paños fríos y citaba a Ennio Morricone, creador de la pieza, quien visitó nuestro país en junio pasado. “Urlo negro” sacaba los mejores gritos del estadounidense y logró que el público se parara de sus asientos, estableciendo este rasgo como la columna vertebral de cada una de sus presentaciones, con el proyecto que sea.
En “Legata ad un granello di sabbia” se destacaban los 12 músicos de la Sinfónica de Chile, quienes manejaron el tema a punta de violines. “Deep down”, también de Morricone, fue cantada por todo el Caupolicán, marcando uno de los momentos más destacados de la velada. “Pinne, fucile ed occhiali” y “Scalinatella” fueron las siguientes canciones en aparecer, esta última, dejando a Patton cantando solo con el sutil sonido de la guitarra de fondo.
“L’uomo che non sapeva amare” hacía aparecer en los coros al Mike al cual estamos acostumbrados, ese que controla el desenfreno a su antojo. “Ma l’Amore no” hacía protagonista al megáfono y “Canzone” creaba una reposada atmósfera, llevando el silencio de los presentes al extremo. Patton aprovechó de agradecer una vez más la presencia de todos y continuó con “Ti offro da bere”. A esa altura de la noche, el fiato con el público ya estaba cementado.
“Dio come ti amo” sacaba gritos de entre las féminas y un hiperactivo piano daba inicio a “Storia d’Amore”, la cual hacía que el cantante recorriera completamente el escenario. “Esta canción es más íntima” advertía Patton, dando paso a «Lontano, lontano», la cual mezcló con nuestro típico “C H I”.
Los fuegos se prendieron nuevamente con “Yeeeeeeh!”, la cual hizo cantar a todo el teatro. La noche se estaba terminando y Mike lo dejaba claro: “Es la última canción”. “Senza fine” cierra la primera parte del show, dejando un plácido ambiente. “Muchas gracias, de verdad”, decía Patton mientras se tomaba el pecho. Los “C H I”, motivados por el mismo californiano, no se hicieron esperar. El público despedía a los músicos de pie, mientras Patton se abrazaba con “Cheche” Alara, el director de la orquesta. Se tomó un tiempo para presentar a toda su banda, llevándose el máximo reconocimiento Trevor Dunn (Mr.Bungle) y los músicos de la sinfónica nacional.
No pasaron más de 5 minutos para que Mondo Cane se tomara nuevamente el escenario. «Una Sigaretta” destacó con un solo saxo que sacó más de algún aplauso. Una rosa llega hasta los pies de Mike quien toma la oportunidad para bromear: “¿Qué es esto? ¿Veneno?”. Se la pone en la solapa y comienza con su último tema: “Sole malato”, que terminó por emocionar a los presentes. “Nos vemos mañana”, comentaba Patton, mientras el público –completamente de pie- no dejaba de aplaudir. “Muchas gracias a todos los hueones” eran las últimas palabras del músico para los presentes, quienes entienden totalmente esta relación de amor violento. S
Patton se despidió cariñosamente de cada uno de los 12 violinistas nacionales que lo acompañaron y salió del escenario, tras una hora y media de show, en su estilo único: saltando rejas, entremedio de los asientos y causando la locura de todos los fanáticos que se amontonaban adelante por tratar de conseguir una foto.
El efecto que produce Patton en nuestro país es único, y sin duda da para un largo análisis. Pero lo que no se puede discutir es su talento, lo multifacético que es y su gran puesta en escena.
Mondo Cane se dará hoy su último concierto en Chile -el cual se encuentra totalmente agotado-, para luego dirigirse a Brasil donde actuaran en el festival Rock in Rio.
GALERÍA DE FOTOS (clic para ampliar)
Fotografías de Carlos Müller
Mondo Cane | Teatro Caupolicán | 20.09.2011
Setlist
1. Il cielo in una stanza
2. Che notte!
3. Ore d’ amore
4. 20 km al giorno
5. Quello che conta
6. Urlo negro
7. Legata ad un granello di sabbia
8. Deep down
9. Pinne, fucile ed occhiali
10. Scalinatella
11. L’uomo che non sapeva amare
12. Ma l’Amore no
13. Canzone
14. Ti offro da bere
15. Dio come ti amo
16. Storia d’Amore
17. Lontano, lontano
18. Yeeeeeeh!
19. Senza fine
Encore
20. Una Sigaretta
21. Sole malato
Me pregunto leyendo reseñas en internet ¿Por qué todas son iguales? Como si estuviesen listas de antemano.
Qué lástima no haber podido ir…nunca lo he escuchado, pero cualquier cosa que salga de la boquita perfecta de Patton vale la pena!!!!