El sábado 31 de abril a mediodía partió todo. A las 12 horas, el parque O’Higgins se transformaba por segundo año consecutivo en el escenario de Lollapalooza Chile. Un total de 32 bandas, más de la mitad de ellas chilenas, ofrecieron al público 11 horas entretenimiento y música para todos los gustos.
En la primera jornada de la segunda edición local del festival creado por Perry Farrell, el consolidado talento de bandas nacionales como Electrodomésticos, Los Tetas, Inti Illimani Histórico y Los Jaivas, convivió con invitados internacionales, en su mayoría más jovenes, como Cage the Elephant, Arctic Monkeys y el novísimo proyecto de Chino Moreno, Crosses.
El festival superó los estándares que estableció en 2011, mejorando los accesos, perfeccionado la zona para niños (Kidzapalooza), los puestos de comida y convocando a mayor cantidad de público.
Al inicio con Dion en La Cúpula (bautizada como Huntcha Stage) y con el peculiar Adanowsky en el escenario alternativo, se sumó el divertido show de Mosquitas Muertas en Kidzapalooza. Luego, Gustavo Cordera -ex vocalista de Bersuit Vergarabat- se presentaba en el Coca Cola Stage y recorría sus dos discos solistas sin dejar de lado pasajes de su antigua banda. “Asalto de cumbia” y “No es que sea viejo” comenzaron a prender al público, el cual terminó coreando los clásicos “La Soledad” y “Un pacto para vivir” de los Vergarabat. El final sorprendió a todos: un desnudo completo del calvo artista servía como broche de oro para “La bomba loca”.
Mientras Cordera quedaba en pelotas en un escenario, al otro lado del parque Beat Calavera daba continuidad a la programación de La Cúpula con un rock and roll bailable y los brasileños de Plebe Rude pasaba casi desapercida en el Alternative Stage, convirtiéndose en la banda más subvalorada de la jornada, que sin embargo se esmeró por ofrecer un show impecable para las 200 personas que se acercaron a verles y que respondieron con buenos ánimos a pesar el calor.
Justo después de que Inti Illimani Histórico se presentara en el concurrido escenario del Kidzapalooza, Gogol Bordello armaba una verdadera fiesta gitana en el Coca Cola Stage. La banda neoyorquina puso a bailar a toda la elipse del Parque O’Higgins con temas como “Sally”, “Immigrant Punk” y el clásico “Not a crime”, y dedicó “Immigraniada (We Comin’ Rougher)” al fallecido Daniel Zamudio, pidiendo repudio a los actos de racismo y xenofobia.
Minutos más tarde comenzaban simultáneamente dos esperadas presentaciones de artistas nacionales. El Kidzapalooza recibía a MC Billeta, el talento más joven del festival con sólo 13 años de edad, quien fue recibido como un verdadero rock star; mientras que Los Tetas, insigne banda chilena que tras años de separación se reunió a finales de 2011, se subían al Alternative Stage. Tea Time y compañía recordaron sus mayores éxitos y presentaron una canción nueva al inicio del show. «Primavera», «La Medicina» y «Porcel» hicieron bailar a miles de personas, mientras el sol azotaba sin piedad. Un concierto de gran calidad que incluyó una sección de bronces y bailes, y que bien habría podido realizarse en uno de los escenarios principales.
Los que preferían el rock se refugiaron en La Cúpula para ver y oír a La Mala Senda, banda que ofreció una descarga de estridencia y energía que duró 45 minutos y condensó lo mejor de su repertorio pasado y un adelanto de su nuevo material.
Eran cerca de las 17 horas y la gente se dirigía en masa al Kidzapalooza para recordar su infancia y presenciar el show en vivo de 31 Minutos. La banda compuesta por los hermanos Ilabaca (Chancho en Piedra), Camilo Salinas (Petinellis) y Pedropiedra salía a escena, mientras los títeres del noticiero infantil hacían de las suyas detrás de ellos. Temas como «Mi equilibrio espiritual», «La regla primordial» (con Rubén Albarrán de Café Tacvba como invitado) y «Doggy Style» hicieron cantar con emoción a niños grandes y chicos y lograron que éste se convirtiera en uno de los grandes aciertos del festival.
A esa hora, otros chilenos brillaban con luz propia en uno de los escenarios principales. Los Jaivas se tomaban el Coca-Cola Stage para demostrar porqué son una de las bandas más importantes de este país.
Después de ellos, la tónica cambiaba por completo con la presentación de Cage the Elephant. La banda estadounidense, formada en 2006, había generado grandes expectativas que no alcanzaron a cumplir, a pesar de haber interpretado grandes canciones como «In One Ear», «Aberdeen» y «Ain’t no Rest for the Wicked» y haber desplegado una energía pocas veces vista en escena. La presentación de los liderados por el inquieto Matthew Shultz fue un buen concierto, en lugar de un inolvidable show.
Justo lo opuesto ocurrió con Crosses, el naciente proyecto liderado por Chino Moreno (vocalista de Deftones), que sorprendió por su fuerza en el Alternative Stage.
Mientras los chilenos de Silvestre cerraban la programación de La Cúpula, los Arctic Monkeys lograban una convocatoria masiva en el Coca-Cola Stage y ofrecían una de las mejores presentaciones del festival. 90 minutos después, Bjork subía al Claro LG Stage para sorprender con un show muy bien preparada y único en su especie.
Si bien la gran convocatoria y la calidad de los artistas internacionales que participaron en el primer día de Lollapalooza Chile 2012 es indiscutible, probablemente lo más importante de la jornada sea la prominencia que tuvo la música chilena. No sólo la de los más grandes, sino también la de aquellos que ahora se están abriendo camino. Ojalá Lollapalooza se consolide también en Chile como una vitrina para el talento local.