Sin duda, uno de los shows rockeros más esperados de Lollapaloza Chile 2015 era el del británico Robert Plant junto a su banda The Sensational Space Shifters. Ver a una leyenda viviente del rock, con casi 50 años de carrera musical y total vigencia, entregando un show emotivo que rebosa calidad, era una cita imperdible.
Con algo de retraso, el ex Led Zeppelin salió acompañado de sus músicos a escena, pasadas las 19.30 horas en el VTR Stage. Una ovación lo recibió y luego todo comenzó con “Babe, I’m Gonna Leave You”, un tema de Anne Bredon cantado de forma magistral por la garganta de Plant, lleno de sentimiento. “¡Buenas noches amigos!”, saludó tras su término, y las guitarras más potentes se tomaron la tarde con “Turn It Up”.
Las influencias más étnicas se dejaron sentir en “Rainbow”, sencillo de su más reciente producción, Lullaby and… The Ceaseless Roar (2014), la que le ha valido innumerables elogios de la crítica y los fanáticos. A través de su carrera solista, Plant ha experimentado con diversos sonidos, guardando una cierta distancia con sus tiempos en Led Zeppelin, evitando vivir de su pasado, lo que no significa que reniegue de él. De hecho, el legado de la histórica banda también estuvo presente: “Black Dog” fue la primera canción de su repertorio que interpretaron los músicos, con una versión diferente a la original, pero que mantuvo su fuerza y encanto.
The Sensational Space Shifters cumplen una labor impecable: cada uno de sus integrantes es un perito en su correspondiente instrumento, complementándose a la perfección con Plant, quien tan solo con una mirada a la guitarra o batería, se comunica con sus músicos, demostrando una total compenetración. Si a eso sumamos un sonido ecualizado perfectamente, tenemos una postal de antología.
Tras “Little Maggie”, de ambientes más calmados, otro sencillo de Zeppelin fue interpretado: “Going to California”. Acto seguido el susurrante bajo de fondo entregó un aire más sobrio a “No Place to Go”. A estas alturas, el público se encontraba prácticamente rendido ante Plant y su banda, y los canticos de “¡Roberto, Roberto!” se multiplicaban, agradeciendo el británico ese cariño con otro tema se la agrupación con la cual se consagró: “What Is and What Should Never Be”, otra de Zeppelin, de su segunda producción (II) publicada en 1969.
“I Just Want to Make Love to You” trajo las melodías del blues, influencia innegable en Plant, para que ya con la noche sobre el VTR Stage, el Parque O’Higgins fuera testigo de una dupla rockera de antología: “Whole Lotta Love”, track inmortal de Zeppelin, se unió a “Who Do You Love”, y el público alcanzó su estado máximo de algarabía. Robert Plant, entonó sus líneas y transportó a todos a más de 40 años atrás en el tiempo.
La banda se retiró, pero el público pidió más: de esta forma, Plant y los magníficos The Sensational Space Shifters regresaron, para dar el tiro de gracia con “Rock N’ Roll”.
Un show que pasó demasiado rápido y se convirtió en uno de los mejores de la quinta edición de Lollapalooza Chile. Robert Plant es un artista atemporal, que sigue encantando al mundo con su talento y grandeza, y que no encuentra límites en su constante reinvención musical.
Fotógrafo: Javier Valenzuela