En su primera versión, el festival Santiago Gets Louder prometía una tarde potente, con un puñado de las bandas de rock y metal más populares de las últimas dos décadas reunidas en un mismo lugar. Y el resultado de esta apuesta, al final de cuentas, fue totalmente positivo.
El ex Aeropuerto Cerrillos recibía un nuevo evento de alta convocatoria, tal como en 2012 cuando fue el lugar de La Cumbre del Rock Chileno. Pero ahora, la aventura ocupaba un nuevo espacio del ex terminal aéreo, Hangares Suricato, y una parrilla más potente, bajo la premisa de altos decibeles y poleras negras.
Con un inicio fijado a las 12:30 horas, Nuclear y Recrucide (en simultáneo) dieron la partida al festival ante un ansioso público que desde al menos una hora antes ya hacía filas por Av. Pedro Aguirre Cerda. Desde ahí hasta casi la medianoche, con los cuatro escenarios repartidos a lo largo de casi 400 metros, el deambular de los asistentes por la antigua pista fue una de las postales del evento, con un ambiente familiar.
La banda nacional Como Asesinar a Felipes animaba antes de las dos de la tarde uno de los escenarios principales, con temas como «Nada más, nada menos», dando paso a De La Tierra, el supergrupo que incluye a miembros de Los Fabulosos Cadillacs, Sepultura, A.N.I.M.A.L. y Maná, con un repertorio basado en su álbum homónimo editado el año pasado. La respuesta de los fanáticos fue sorprendente, tanto que el propio vocalista y guitarrista Andrés Giménez se aventuró a saltar al público en la última parte de su show.
Los altos decibeles ya eran una constante que ganó más fuerza con los nacionales Weichafe, que con «Pan de la tarde», «La fuerza viene desde la tierra» y «Ripio y soledad», entre otros temas, se convirtió en el preámbulo preciso para ver el debut de los franceses Gojira, mientras Rama hacía gala de su trayectoria en un hangar que fue acondicionado como escenario.
El cuarteto francés, liderado por Joe Duplantier, mostró por primera vez en suelo chileno su mezcla de groove, thrash y death metal. Riffs pesados, densos y a la vez precisos y técnicos, hicieron disfrutar a un público claramente de tendencia más metalera, que disfrutó también con la presencia de Randy Blythe, voz de Lamb of God, quien hizo su aparición como invitado en el tema “Backbone”, logrando uno de los puntos altos de la jornada.
Si lo de Gojira llevó el sonido a un nivel ensordecedor y una potencia pocas veces vista por estos lados, los estadounidenses Lamb of God confirmaron que los mosh serían una constante: con Randy Blythe animando a sus seguidores, los de Virginia se anotaron como el primer número de alta convocatoria de la jornada. Eso mientras los puestos de comida, a eso de las cinco de la tarde, comenzaron a tener largas filas, aunque otros servicios, como los puntos de hidratación y baños no tuvieron mayores inconvenientes.
Avanzando la jornada, con el sol cayendo por el horizonte y una asistencia que rozaba las 35 mil personas, Deftones apareció con Chino Moreno al frente y un cargamento de éxitos. Comenzando con «Diamond Eyes», los de Sacramento se despacharon un enérgico show con «Be Quiet and Drive (Far Away)», «Knife Prty», «Tempest» y «Engine No. 9» como hilo conductor y la habitual respuesta de la fanaticada local, pese a que a raíz del viento que comenzó a aparecer por el ex aeropuerto afectó el sonido y a ratos hizo caer la fuerza de los riffs de Stephen Carpenter.
Con la noche ya instalada, a las 20:00 horas, Faith no More hizo su aparición (la octava en un escenario chileno) para confirmar su vínculo fervoroso con sus seguidores locales, incluyendo chilenismos de Mike Patton. El quinteto ofreció un sólido show, conjugando los clásicos de su carrera con composiciones de su más reciente disco, Sol Invictus. Como siempre, la simbiosis con el público fue inmediata, con el vocalista confirmando que ya es “de la casa”.
Precedidos de la exaltación de Patton y compañía, los armenio-estadounidenses System of a Down se reencontraron con el público local, a cuatro años de debutar en solitario. En casi dos horas de show, el conjunto liderado por Serj Tankian regaló un repertorio que revisó sus más de 15 años de historia, con temas insignes como «Aerials», «B.Y.O.B.», «Chop Suey!» y «Sugar», siempre con su enérgico vocalista y una base intensa a cargo del guitarrista Daron Malakian, el bajista Shavo Odadjian y el baterista John Dolmayan.
El show de SOAD fue el cierre perfecto para una jornada redonda del Santiago Gets Louder. Con el cumplimiento de los horarios tal como estaban estipulados, presentaciones de gran nivel y una asistencia final de 40 mil personas, Santiago Gets Louder superó la prueba de su primera versión con tranquilidad. Queda instala así una nueva instancia para reunir a ilustres del rock del último tiempo en la abultada agenda anual chilena de conciertos.