Ocho años y medio después de su última visita a Chile, Depeche Mode aterrizó en Santiago con su Global Spirit Tour para ratificar su vigencia con un sólido espectáculo que cautivó a cerca de 47 mil personas este miércoles 21 de marzo en el Estadio Nacional.
La banda inglesa que integra el inextinguible Dave Gahan junto a Martin Gore y Andy Fletcher suma casi cuatro décadas de trayectoria ininterrumpida, una experiencia que se traduce en una pulida puesta en escena, que logra lo que a veces parece imposible: presentar un show ya armado donde pocas cosas varían, pero que sin embargo se siente fresco y lleno de vigor.
Eso se debe, en gran parte, al increíble magnetismo de Dave Gahan, quien a sus 55 años de edad sigue exudando energía y sensualidad. Cuando Gahan baila sobre el escenario, cuando gira incesantemente, acaricia el pedestal del micrófono o mueve sus brazos eternos, todo es algarabía.
En el inicio del show, cuando la silueta de Gahan apareció en un contraluz -con una pintura de colores vivos de fondo-, el público lo recibió como a un ídolo eterno. Sonaban los primeros acordes de “Going Backwards”, tema de Spirit (2017), su decimocuarto disco de estudio, que dio pie a la gira mundial más extensa que Depeche Mode haya realizado a la fecha.
De ese reciente álbum sonarían también “Cover Me” y “Where’s the Revolution”, insertas en un setlist que fue un verdadero repaso por su discografía y rescató de sus primeros años los clásicos «Everything Counts» de Construction Time Again (1983), y «A Question of Time» y «Stripped» de Black Celebration (1986).
Otro ingrediente que da al espectáculo su interesante equilibrio son los momentos en los que Martin Gore asume temporalmente el rol de frontman. Acompañado solo en el teclado y la segunda voz por Peter Gordeno (multinstrumentista que gira junto a Depeche Mode desde hace dos décadas), en la mitad de la velada Martin se despacha una versión desnuda de «Insight», en la que la frase «you gotta give love» (tienes que dar amor) se repite como un mantra.
Algo similar ocurre con la emotiva «Home» y, ya muy cerca del final, con «Strangelove» en formato acústico, ambas coreadas y ovacionadas por el público. Toda la sensualidad que Gahan despliega en escena, Gore la complementa con romanticismo.
A todo esto se suma el trabajo audiovisual realizado por el artista holandés Anton Corbijn, colaborador histórico del grupo, que funciona como un traje perfecto, hecho a medida. En canciones como «Useless«, «In Your Room» y «Walking in My Shoes» las imágenes que se proyectan en la pantalla gigante que viste el fondo del escenario se transforman en el complemento perfecto para la música, invitando a la audiencia a sumergirse en distintos mundos.
Tras casi dos horas de show, el himno «Personal Jesus» marcaba la inevitable despedida, dejando los ánimos en alto y las expectativas más que satisfechas. Global Spirit Tour seguirá ahora su recorrido por Latinoamérica con paradas el sábado 24 de marzo en el Estadio Único de la Plata (Argentina); y el martes 27 en el Allianz Parque de Sao Paulo (Brasil).
Ojalá que no haya que esperar una década para volver a verlos en vivo. Tan vivos.
Fotógrafo: Javier Valenzuela
Debe estar conectado para enviar un comentario.